¿Qué es el cáncer de próstata?

prostata1"Señor, usted tiene cáncer de próstata". Muchos pacientes a nivel mundial escuchan cada hora y todos los días, que tienen cáncer de próstata y sienten que su vida termina. No hay que olvidar que el cáncer de próstata es uno de los tumores más diagnosticados y de mayor mortalidad.

Pero hay una excelente noticia, el cáncer de próstata puede ser tratado y curado, si se diagnostica tempranamente y está localizado, sin que haya invadido otras estructuras. Generalmente el cáncer de próstata en sus inicios es de crecimiento lento, por lo cual debemos aprovechar para tratarlo precozmente. El cáncer de próstata se diagnostica mediante una biopsia de próstata, la cual se realiza cuando hay un tacto rectal anormal o cuando el antígeno prostático se eleva.

El antígeno prostático se toma en sangre y es un marcador de aparicion de tumores. Por lo anterior es muy importante visitar al urólogo mínimo una vez al año, para poder diagnosticar el tumor y tratarlo tempranamente.

Tradicionalmente han existido dos tipos de tratamiento para el cáncer localizado de próstata:

1. Prostatectomía radical.

2. Radioterapia externa.

 

La prostatectomía radical es una cirugía mayor en la cual se extrae la próstata, uretra prostática y vesículas seminales. Por ser un procedimiento mayor, no está libre de complicaciones entre las que se deben tener en cuenta tanto la impotencia como la incontinencia, sin embargo es el tratamiento indicado en algunos tumores.

En la radioterapia externa, se irradia la próstata, es decir la próstata no se extrae, sino que se “ quema“ para así destruir el cáncer. Sin embargo, no está libre de efectos adversos debido a que también se irradian estructuras vecinas. Debe anotarse que en la medida en que las máquinas de radioterapia externa se han perfeccionado, los efectos adversos han disminuido.

La mayoria de los pacientes sometidos a cirugía radical, en cualquiera de sus versiones, son susceptibles de ser curados sin necesidad de una cirugía. En Estados Unidos y en Europa, desde hace algún tiempo, está tomando cada vez más fuerza la BRAQUITERAPIA como tratamiento del cáncer de próstata localizado. En la braquiterapia no se opera el paciente, sino que se colocan implantes radioactivos dentro de la próstata, lo cual hace que la radiación sea muy dirigida y localizada, minimizando así los efectos de la radiación sobre los órganos vecinos. El paciente no requiere hospitalización y a las 48 horas puede estar desempeñando sus actividades laborales. En algunos casos, la braquiterapia puede ser la mejor opción en el manejo del cáncer de próstata localizado, con una excelente tasa de curación del cáncer y con una rápida reincorporación a la vida laboral.

Es sabido por el gremio médico y por la población general que existe un incremento alarmante en el diagnóstico de Cáncer Prostático en los hombres mayores de 40 años, esta creciente incidencia es debida a la masificación diagnostica que surge a raíz del descubrimiento del marcador tumoral mas fiel en medicina hasta los momentos conocido como PSA (antígeno prostático especifico).

Gracias a este marcador podemos justificar una biopsia con aguja fina a pacientes con posibles alteraciones microscópicas antes que sean palpables o evidentes con algún método radiológico adicional, de este diagnostico precoz se genera una hecatombe de interrogantes, cambios de rumbo personales y familiares así como la necesidad de tomar decisiones con la ayuda de los conocimientos del urólogo experto y amigo.

El cáncer prostático es una enfermedad propia de la vejez y se hace evidente en los estudios de autopsia de hombres mayores de 90 años fallecidos por otras causas donde una incidencia asintómatica se demuestra en las biopsias de mas del 85% de lo sujetos de este grupo de estudio.

Este interesante hallazgo es también motivo de análisis cuidadoso cuando nos sorprende que casi la mitad de los hombres sanos sin enfermedad aparente entre los 80 y 90 años también son portadores de un carcinoma que probablemente no signifique ningún problema en la salud de este paciente y es por ello que en numerosas escuelas se aconseja no realizar chequeos prostáticos a hombres mayores de 80 años y dar de alta a aquellos que hallan cumplido con su rutina diagnostica anual sin alteraciones.

En el grupo de 70 a 80 años se demostró que la mayoría de los hombres diagnosticados y tratados con tumores de moderada o baja agresividad hubiesen permanecido sin progresión importante de la enfermedad al ser simplemente observados durante 10 años.

De estas realidades surgen dos grandes preguntas: